Una noche en la sala Prince de Granada ideal para varias generaciones, aunque la predominante fuese esa quinta que nació tras la movida madrileña. Y es que es inevitable rechazar una cita como esta con un grupo tan consagrado y de tan alto calibre como es «M Clan» y más aún en su formato acústico, el cual no dejo a nadie indiferente. En los asistentes y sus caras quedó confirmado que M-Clan supo compensar a los amantes de las adaptaciones acústicas y convenció a los escépticos de lo acústico. Sin duda alguna, supieron mantener en sus canciones el mismo hilo que las hubiese unido a una batería y un bajo.

Quizas sería la estupenda acústica de la sala o la tranquilidad que da actuar cuando en el mundo de la música ya tienes tu hueco, pero el público disfrutó de «M Clan» como si estuviesen asistiendo al primer concierto donde se presentase el famoso hit «Carolina». Sus continuos saltos de alegría al comienzo de cada canción y los permanentes gritos de vitoreo al grupo murciano, así como el acompañamiento a continuar cantando algunas canciones a la par que Carlos Tarque (voz), durante las pasadas dos horas que duró el concierto, firman que fue una velada para el disfrute de todos, tanto asistentes como artistas, pues estos no abandonaron el escenario en ningún momento.

Por si fuese poco, pudimos deleitarnos con el acompañamiento al cajón del propio Carlos en algunas canciones, es más, el acompañamiento rítmico corrió a su cargo, lo cual no quita que Ricardo Ruipérez (guitarrista) no despuntase al reproducir fielmente los acordes y punteos que tantas veces hemos escuchado, nadie hubiese notado la diferencia entre una grabación medida en un estudio de y el recital que M-Clan dio, será que consiguieron hacer de la sala Prince (Granada) su casa.

Entre los temas de su último disco, «Desarmados», que «M Clan» vino a presentarnos patrocinado por Mahou, acabaron asomando, cerca del final del concierto, otros grandes hits como son «Llamando a la tierra», «Carolina» ó «Quédate a dormir» (Canciones del disco «Sin enchufe»), canciones que fueron recibidas por el público como un dardo de cupido mezclado con adrenalina.

Sin duda la sala supo acoger a este grupo como se merece, y lo demostró con su buena sonorización, la cual estaba bien maridada con la insonorización, pues en los tres minutos que abandoné la sala durante el concierto, aseguro que era imposible escuchar nada de lo que allí dentro ocurría. En cuanto al interior, la música era igual de perceptible y limpia desde cualquier punto de la sala, por lo que cualquiera que estuviese en última fila, intermedia o primera, escuchaba la música en su medida ideal y con total claridad. Cabe mencionar que la sala anfitriona supo también contentar a los asistentes, pues entre mis paseos de una punta a otra de la sala, entre la multitud, no tuve ningún problema y pude comprobar que cualquiera que quisiese acercarse a alguna de las barras a pedir algo, no iba a tener ningún problema de empujones, inaccesibilidad o tiempo de espera en la barra. Incluso a la finalización del concierto no hubo que esperar más de cinco minutos para coger el abrigo del guarda ropa y salir de la sala.

Tras todo esto puedo decir que espero volver a tener la oportunidad de ver de nuevo a M-Clan en cualquiera de sus formatos y que no estaría nada mal que fuese en una sala como la Prince de Granada.